“Es mi iPhone... te lo estoy prestando”
Con 17 puntos, una madre le entregó un contrato a su hijo de 13 años para darle una lección de vida
POR MARIO A. DUQUE CARDOZO | Publicado el 9 de enero de 2013
Para unos es una madre extremista, para otros una mamá responsable.
Janell Burly Hofmann, una colaboradora del Huffington Post le dio a su hijo un teléfono inteligente, pero antes de entregárselo le hizo firmar al chico un "contrato" con 17 puntos en los que acordaban ciertos límites y fijaba algunas recomendaciones para su uso y lo publicó en su espacio en este portal y lo tituló A mi hijo de 13 años, de parte de tu madre: un contrato de iPhone, con amor.
¿Exagerada? Quizá no. Datos de la firma del Reino Unido Ofcom revelan que un 60 por ciento de los usuarios adolescentes de ese país se consideran "muy adictos" a los teléfonos inteligentes. La gran mayoría lo tienen siempre encendido; cuatro de cada diez lo usa nada más despertarse; y dos tercios socializan con otras personas a través del móvil,
Dado que este tipo de celulares permite estar comunicado, navegar por Internet, acceder a redes sociales, generar y publicar contenido multimedia, jugar o descargar aplicaciones, el menor puede realizar un uso intensivo de este aparato. Puede ocurrir, incluso, que llegue a desarrollar cierta relación patológica respecto al dispositivo y sus servicios", dice un estudio de 2011 realizado por el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación de España.
Esa investigación revela que esa adicción a los dispositivos crece con la edad: afecta al 9 por ciento de los menores de 10 a 12 años; al 15,2 por ciento de los que tienen de 13 a 14 años; y al 21 por ciento de los menores de 15 a 16 años.
Pero no es solo en menores. En general, los usuarios de smartphones suelen "presentan un miedo irracional a no llevar el teléfono móvil encima y afecta más a los hombres", asegura el investigador Ildefonso Muñoz, de la Unidad de Psicología del Centro Médico USP Fuengirola (Málaga, España).
Al final, puede que todo sea como la misma Janell le dice a su hijo: "Es mi deber educarte para que seas un joven sano y maduro, capaz de funcionar en el mundo y de coexistir con la tecnología, no de vivir controlado por ella".
Janell Burly Hofmann, una colaboradora del Huffington Post le dio a su hijo un teléfono inteligente, pero antes de entregárselo le hizo firmar al chico un "contrato" con 17 puntos en los que acordaban ciertos límites y fijaba algunas recomendaciones para su uso y lo publicó en su espacio en este portal y lo tituló A mi hijo de 13 años, de parte de tu madre: un contrato de iPhone, con amor.
¿Exagerada? Quizá no. Datos de la firma del Reino Unido Ofcom revelan que un 60 por ciento de los usuarios adolescentes de ese país se consideran "muy adictos" a los teléfonos inteligentes. La gran mayoría lo tienen siempre encendido; cuatro de cada diez lo usa nada más despertarse; y dos tercios socializan con otras personas a través del móvil,
Dado que este tipo de celulares permite estar comunicado, navegar por Internet, acceder a redes sociales, generar y publicar contenido multimedia, jugar o descargar aplicaciones, el menor puede realizar un uso intensivo de este aparato. Puede ocurrir, incluso, que llegue a desarrollar cierta relación patológica respecto al dispositivo y sus servicios", dice un estudio de 2011 realizado por el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación de España.
Esa investigación revela que esa adicción a los dispositivos crece con la edad: afecta al 9 por ciento de los menores de 10 a 12 años; al 15,2 por ciento de los que tienen de 13 a 14 años; y al 21 por ciento de los menores de 15 a 16 años.
Pero no es solo en menores. En general, los usuarios de smartphones suelen "presentan un miedo irracional a no llevar el teléfono móvil encima y afecta más a los hombres", asegura el investigador Ildefonso Muñoz, de la Unidad de Psicología del Centro Médico USP Fuengirola (Málaga, España).
Al final, puede que todo sea como la misma Janell le dice a su hijo: "Es mi deber educarte para que seas un joven sano y maduro, capaz de funcionar en el mundo y de coexistir con la tecnología, no de vivir controlado por ella".
TEXTUALMENTE
Un contrato de iPhone, con amor
Janell Burley Hofmann, escritora y colaboradora del Huffington Post
1. El teléfono es mío. Yo lo he comprado. Yo lo he pagado. Te lo estoy prestando.
2. Siempre sabré la contraseña.
3. Si suena el teléfono, contéstalo. Es un teléfono. Di hola, sé educado. No ignores nunca una llamada si la pantalla dice "Mamá" o "Papá". Nunca.
4. Entrega el teléfono a tu padre o tu madre sin falta a las 7:30 p.m. en días de colegio y a las9:00 p.m. en fin de semana. Permanecerá apagado durante la noche y lo volveremos a encender a las 7:30 de la mañana. Si es un momento en el que no llamarías a nadie al teléfono fijo -que pueden contestar los padres-, no llames ni envíes un mensaje. Haz caso a tu instinto y respeta a otras familias como nos gusta que nos respeten a nosotros.
5. El teléfono no va al colegio contigo. Habla en persona con la gente a la que envías mensajes. Aprender a hacerlo te vendrá bien en la vida. Lo de las medias jornadas, las excursiones y las actividades extraescolares tendremos que estudiarlo especialmente.
6. Si se va al sanitario, se cae al suelo y se destroza o desaparece, tú serás responsable de lo que cueste arreglarlo o sustituirlo. Corta el césped de algún jardín, cuida niños, ahorra dinero de cumpleaños. Algo pasará, así que debes estar preparado.
7. No emplees esta tecnología para mentir, burlarte de otro ser humano ni engañarle. No participes en conversaciones que hieran a otros. Sé un buen amigo antes que nada, o si no, manténte al margen de las disputas.
8. No digas nada, ni por mensaje, ni por correo electrónico, ni por teléfono, que no dirías en voz alta con tus padres presentes.
9. Nada de porno. Busca en internet información que no te importe compartir conmigo. Si tienes alguna duda sobre algo, pregúntale a una persona; preferiblemente a tu padre o a mí.
10. Apágalo, siléncialo o guárdalo en público. Sobre todo en un restaurante, en el cine o mientras estés hablando con otra persona. No eres un maleducado; no permitas que el iPhone te cambie.
11. No envíes ni recibas fotos de tus partes íntimas ni de las de otra persona. No te rías. Algún día tendrás la tentación de hacerlo, a pesar de tu gran inteligencia. Es peligroso y podría arruinar tu vida de adolescente, universitario o adulto. Es una mala idea, siempre. El ciberespacio es vasto y más poderoso que tú. Y es difícil conseguir que desaparezca algo de semejante magnitud, incluida una mala reputación.
12. No hagas millones de fotos y videos. No es necesario documentarlo todo. Vive tus experiencias. Quedarán almacenadas en tu memoria para toda la eternidad.
13. Deja el teléfono en casa a veces y quédate tranquilo con la decisión. No está vivo ni es una prolongación tuya. Aprende a vivir sin él. Tienes que vencer el miedo a perderte algo.
14. Descárgate música que sea nueva, o clásica, o distinta a la de los millones de chicos como tú que escuchan exactamente las mismas cosas. Tu generación tiene la mayor facilidad de acceso a la música que ha existido jamás. Aprovecha ese don. Amplía tus horizontes.
15. Juega a un juego de palabras o de preguntas de vez en cuando.
16. Mantén los ojos abiertos. Mira el mundo a tu alrededor. Asómate a una ventana. Escucha a los pájaros. Sal a pasear. Habla con un desconocido. Pregúntate cosas sin necesidad de buscarlas en Google.
17. Meterás la pata. Te confiscaré el teléfono. Nos sentaremos a hablar sobre ello. Volveremos a empezar. Tú y yo estamos aprendiendo sin cesar. Estoy de tu parte. Estamos juntos en esto.
1. El teléfono es mío. Yo lo he comprado. Yo lo he pagado. Te lo estoy prestando.
2. Siempre sabré la contraseña.
3. Si suena el teléfono, contéstalo. Es un teléfono. Di hola, sé educado. No ignores nunca una llamada si la pantalla dice "Mamá" o "Papá". Nunca.
4. Entrega el teléfono a tu padre o tu madre sin falta a las 7:30 p.m. en días de colegio y a las9:00 p.m. en fin de semana. Permanecerá apagado durante la noche y lo volveremos a encender a las 7:30 de la mañana. Si es un momento en el que no llamarías a nadie al teléfono fijo -que pueden contestar los padres-, no llames ni envíes un mensaje. Haz caso a tu instinto y respeta a otras familias como nos gusta que nos respeten a nosotros.
5. El teléfono no va al colegio contigo. Habla en persona con la gente a la que envías mensajes. Aprender a hacerlo te vendrá bien en la vida. Lo de las medias jornadas, las excursiones y las actividades extraescolares tendremos que estudiarlo especialmente.
6. Si se va al sanitario, se cae al suelo y se destroza o desaparece, tú serás responsable de lo que cueste arreglarlo o sustituirlo. Corta el césped de algún jardín, cuida niños, ahorra dinero de cumpleaños. Algo pasará, así que debes estar preparado.
7. No emplees esta tecnología para mentir, burlarte de otro ser humano ni engañarle. No participes en conversaciones que hieran a otros. Sé un buen amigo antes que nada, o si no, manténte al margen de las disputas.
8. No digas nada, ni por mensaje, ni por correo electrónico, ni por teléfono, que no dirías en voz alta con tus padres presentes.
9. Nada de porno. Busca en internet información que no te importe compartir conmigo. Si tienes alguna duda sobre algo, pregúntale a una persona; preferiblemente a tu padre o a mí.
10. Apágalo, siléncialo o guárdalo en público. Sobre todo en un restaurante, en el cine o mientras estés hablando con otra persona. No eres un maleducado; no permitas que el iPhone te cambie.
11. No envíes ni recibas fotos de tus partes íntimas ni de las de otra persona. No te rías. Algún día tendrás la tentación de hacerlo, a pesar de tu gran inteligencia. Es peligroso y podría arruinar tu vida de adolescente, universitario o adulto. Es una mala idea, siempre. El ciberespacio es vasto y más poderoso que tú. Y es difícil conseguir que desaparezca algo de semejante magnitud, incluida una mala reputación.
12. No hagas millones de fotos y videos. No es necesario documentarlo todo. Vive tus experiencias. Quedarán almacenadas en tu memoria para toda la eternidad.
13. Deja el teléfono en casa a veces y quédate tranquilo con la decisión. No está vivo ni es una prolongación tuya. Aprende a vivir sin él. Tienes que vencer el miedo a perderte algo.
14. Descárgate música que sea nueva, o clásica, o distinta a la de los millones de chicos como tú que escuchan exactamente las mismas cosas. Tu generación tiene la mayor facilidad de acceso a la música que ha existido jamás. Aprovecha ese don. Amplía tus horizontes.
15. Juega a un juego de palabras o de preguntas de vez en cuando.
16. Mantén los ojos abiertos. Mira el mundo a tu alrededor. Asómate a una ventana. Escucha a los pájaros. Sal a pasear. Habla con un desconocido. Pregúntate cosas sin necesidad de buscarlas en Google.
17. Meterás la pata. Te confiscaré el teléfono. Nos sentaremos a hablar sobre ello. Volveremos a empezar. Tú y yo estamos aprendiendo sin cesar. Estoy de tu parte. Estamos juntos en esto.